Si la cerveza era bastante sencilla en su descripción, la del vino no se queda atrás. La RAE nos ayuda, e indica que se trata de una bebida alcohólica derivada del zumo de las uvas exprimido y luego cocido naturalmente por la fermentación.
Pero de esta aparente sencillez nace un complejo universo de nombres y ramificaciones que ríete tú del Universo Marvel. Cientos de uvas, denominaciones de origen, combinaciones, regiones, barricas y demás elementos que perfilan cada botella haciéndola única y distinta a la anterior. Aquí en Brandelicious proponemos una guía muy sencilla sobre algún concepto básico que nos ayude a comenzar a clasificar cada botella.
Hoy en día, sin embargo y antes de empezar, conviene recordar que cada vez hay más productores que no se adscriben a las etiquetas que desarrollaremos a continuación. Nuevos perfiles del sector que huyen o ignoran categorías de edad, atreviéndose a dictar sus propios caminos y criterios.
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Por dulzor o según su cantidad de azúcar
Secos
Vinos con poca o nula cantidad de azúcar (existe la denominación “semiseco” para el paso intermedio). En general, son vinos de mesa que maridan bien con todo tipo de comidas, como el Pinot Noir o el Merlot en tintos y el Chardonnay en blancos.
Dulces
Aquellos con un elevado contenido de azúcares, ya sea por obtención del mismo durante el procedimiento o adición posterior. Vinos dulces como el vino de Oporto son perfectos para tomar con quesos de todo tipo y postres en general.
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Por edad
Jóvenes
Se trata de aquellos que, una vez tiene lugar la fermentación alcohólica, se embotellan directamente sin someterse a un proceso de envejecimiento posterior.
Crianza
Esta etiqueta indica que aquí el vino si ha pasado por un proceso de envejecimiento, de unos 24 meses, al menos 6 de ellos en barrica. Cuanto más se envejece el vino, podemos hablar de Reserva o Gran Reserva. Este proceso añade matices al líquido que habitualmente proceden del tipo de barrica. Por ejemplo, aunque la crianza suele estar destinada a los tintos, tradicionalmente existen blancos fermentados en barrica como el Rouseanne o Viognier y en España es frecuente en los últimos tiempos encontrar Viuras y Verdejos que siguen también este proceso. Son vinos que maridan estupendamente con legumbres, carnes rojas o pescado blanco.
Dentro de la variedad de procedimientos para conseguir distintos resultados, un tipo de crianza es la biológica, que consigue la fermentación a través de una capa de levaduras naturales situada en su superficie. Verduras, legumbres o marisco son un acompañamiento ideal para este tipo de vinos estilo Manzanilla o Vin Jaune.
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Por elaboración o tipo de uva
La uva que se utiliza para fabricar el vino es generalmente incolora, y es el hollejo o piel el que cuando es negro, dará el color al tinto. Así, según el color de la uva podremos clasificar a los vinos en tintos, blancos o rosados (que combinan ambos tipos, incoloras y negras).
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Otros tipos
Espumosos
Se consiguen realizando una segunda fermentación dentro de la botella, que añade el gas necesario para su resultado final. Hablamos de bebidas como champagne o cava , que maridan estupendamente con pescado blanco, pescado azul o quesos suaves.
Olorosos
Vinos generosos como el jerez, que marida con embutidos y caza.
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Conceptos
Una vez perfilados las nociones más generales, el vino permite etiquetas que delimitan sus sabores y texturas. Estas son algunas de ellas:
Cuerpo
Los taninos, sustancias químicas vegetales presentes en todos los vinos, equilibran el cuerpo de un vino. Como los midiclorianos y los jedi: un alto nivel de taninos confeccionaría un vino de cuerpo fuerte, y un nivel bajo de cuerpo débil. Al beberlo, se puede traducir por intensidad en la boca, pero no por acidez.
Acidez
Existen compuestos químicos (denominados ácidos) cuya presencia en el vino le añaden matices y sabores. Ácido acético, láctico o cítrico, entre otros, moldean su percepción y perfilan su sensación en boca. Así, podemos tener un tinto ligero y elegante con acidez como los tintos gallegos o los Borgoñas, que maridan con embutido, caza, carnes rojas y carnes blancas. O blancos con acidez como Albariño, Riesling y Blancos de Loira, que maridan con verduras o quesos suaves.
Estructura
La estructura implica un paso más en la apreciación del vino, pues hace referencia a la armonía entre taninos, azúcares y otros elementos. Entendemos por tintos con estructura algunos como Bobal, Calle, Monastrell, Toro o Ribera del Duero. Pueden combinarse acertadamente con carnes rojas, caza de pelo y pluma o embutidos.
Ojalá haya quedado más claro para todos lo básico del mundo del vino. ¡Estamos a la espera de comentarios o dudas en nuestras redes sociales! Hasta la semana que viene.
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